Protección de arrecifes y manglares en Mesoamérica
Llegué a Roatán, Honduras, un domingo y me apresuré a visitar algunos sitios conocidos para hacer snorkel antes de que comenzara el trabajo con socios locales el lunes. Habían pasado algunos años desde que visité esta pequeña isla frente a la costa norte de Honduras, así que me preparé para el cambio.

Es fácil llegar a un lugar popular en West Bay desde la playa y cuando lo encontré por primera vez hace algunos años, estaba repleto de peces y muchos corales hermosos. ¡Este año parecía un cementerio de corales! Otras áreas habían cambiado para mejor.
En la próxima semana, supe por qué.
Las aguas residuales no tratadas matan los arrecifes de coral. La comunidad de West End, compuesta por residencias, pequeños hoteles y operaciones turísticas, se unió para diseñar e implementar un sistema cooperativo de tratamiento de aguas residuales que está mejorando la calidad del agua en esa área.
Desafortunadamente, los grandes centros turísticos de la isla todavía vierten al océano un volumen mucho mayor de aguas residuales sin tratar.
El ritmo del desarrollo turístico en Roatán se está acelerando. Poderosos intereses privados operan al margen de la ley, porque las leyes son débiles y no se aplican. Las nuevas normas de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) en Honduras son un paso atrás, ya que permiten un mayor desarrollo con menos supervisión.
Las ONG y los ciudadanos de Roatán reconocen el valor de sus arrecifes para el turismo, la pesca y la salud comunitaria. Han tomado medidas para proteger los corales, pero sin una regulación y aplicación eficaces de las leyes que protejan el ecosistema, los arrecifes seguirán disminuyendo.
Clarisa Vega, socia de ELAW y su organización, el Instituto de Derecho Ambiental de Honduras (IDAMHO), representan a las comunidades locales que trabajan para proteger los arrecifes y los ecosistemas costeros. La científica del personal de ELAW, Heidi Weiskel, y el miembro de la junta directiva, Glenn Miller, se unieron a mí en un taller de IDAMHO para hablar con jueces, fiscales y miembros de la Armada y la Marina Mercante de las tres Islas de la Bahía, sobre la importancia de hacer cumplir las leyes ambientales de Honduras y proteger los ecosistemas marinos y recursos costeros.
Más tarde esa semana, trabajé en el pueblo de Tela con un grupo de jóvenes profesionales que trabajan para avanzar en la conservación de los manglares en la región.

El Programa Líderes SAM está acelerando la conservación en la región desarrollando habilidades entre jóvenes profesionales que trabajan para proteger los recursos costeros y marinos. Alejandra Serrano, socia de ELAW (Centro Mexicano de Derecho Ambiental) y ayudé al grupo a perfeccionar sus proyectos y estrategias de comunicación, e integrar herramientas de derecho y promoción en sus planes de proyecto.
Siempre me siento inspirado cuando veo la energía y el compromiso de los ciudadanos locales que quieren proteger lugares especiales.

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